¿Cuál es origen de la agresión?
Hay muchas teorías qué intentan intenta
explicarlo, de las que destacaremos las siguientes.
En
primer grupo de teorías tenemos la psicoanalítica freudiana y la etimológica de
Korand Lorenz, que abogan por un origen instintivo y según las cuales los seres
humanos estamos programados genéticamente o constitucionalmente para este tipo
de conductas.
Para
que el psicoanalista freudiano la agresividad es la manifestación de Tánatos o
instintos de muerte que debe ser sublimado o redirigido hacia los otros para
evitar la autodestrucción. Por lo que la agresividad se convierte en un
mecanismo de canalización de unas fuerzas instintivas que permiten al individuo
mantener su identidad y la integridad de su yo.
Por
otro lado, Konrad Lorenz sostiene que la agresividad es una conducta muy útil
en el reino animal y que gracias a ella se consigue la selección de la raza
(solo los más fuertes se aparean) y es necesario para mantener para mantener un
territorio en el que existan suficientes recursos alimentarios. Para Lorenz la
energía agresiva se produce espontáneamente y de forma continua y se va
acumulando, y en el que se convierta o no en conductas agresivas depende de la
cantidad de energía que se acumule y de la intensidad de los estímulos
provocadores llegando, si no se produce una descarga, a aparecer una conducta
agresiva sin la necesidad de la presencia de un estímulo.
Otras
teorías descargan el peso del instinto y lo ponen en el impulso. El acto
agresivo seria la respuesta ante una gran cantidad de estímulos negativos como
la frustración, la perdida, los dolores físicos, la injusticia social, etc.
Dollard propone la teoría de la frustración- agresión según la cual “el bloqueo
en la intención de conseguir un objetivo genera agresión generalmente hacia la
fuente de frustración”.
Otro
grupo de teorías consideran la agresión como una conducta social aprendida en
el contexto de un proceso adaptativo a un medio sociocultural.
Según
Regis el sádico es entre todas las perversiones sexuales la que lleva a los
actos más graves. Como todo acto criminal, el crimen sádico suele ser un
episodio imprevisible que aparece
durante la existencia de un sádico, hasta entonces satisfecho con sus
imaginaciones, actos simbólicos o conductas de violencia leve.
Para
las personas que presentan esta perversión, las conductas agresivas sádicas son
una condición sin la cual no es posible la excitación ni el alivio sexual. El
sadismo consiste en la búsqueda y la provocación de un daño moral o físico como
forma de obtener uno mismo el placer y la satisfacción sexual. Estas conductas
comprenden desde el simple deseo de causar daño físico a una pareja, hasta el
mismo asesinato pasando por toda una serie de conductas intermedias como la humillación,
vejaciones, encadenamientos, golpes, flagelación, quemaduras, mordiscos y todo
tipo de torturas obligándola en muchas ocasiones a una obediencia total
consiguiendo así, a veces sin necesidad de relación sexual propiamente dicha,
el orgasmo.
Como
se ha expuesto, unas veces el sádico necesita infligir un dolor o sufrimiento
intensos para conseguir su excitación y otras le basta con una pequeña dosis
para conseguirlo, llegando en muchas ocasiones a que sea suficiente un fantaseo
sádico para provocarla. Se da el caso de conductas de este tipo sin que la
pareja llegue a conocer la existencia de estas fantasías.
La
crueldad mental, el simple deseo de humillar, castigar y herir a otra persona sin
llegar a la realización real de estos deseos esta aún está más difundida que el
sadismo físico; una pregunta, una sonrisa, una observación pueden provocar humillaciones
y desvalorizaciones que pueden ser mucho peores que las físicas. Todos
conocemos “artistas” especialistas en ese tipo de prácticas que son capaces de
encontrar la palabra exacta, el gesto exacto, el momento exacto y la situación exacta
para conseguir desde el simple azaramiento a la más profunda humillación de una
persona, con frecuencia en presencia de otros. Estas últimas prácticas están diferenciadas
por algunos autores y las incluyen dentro del sadismo moral.
Todas
estas prácticas se relatan en los escritos de Donation Alphonse Francois,
nacido en 1740.
Bibliografía
MONTEJO Gonzáles Ángel Luis, SEXUALIDAD Y SALUD MENTAL,
Editorial Glosa, Barcelona, pp. 251, 252 y 255 (2 edición).
No hay comentarios:
Publicar un comentario