domingo, 5 de mayo de 2013


¿Cuál es origen de la agresión?

Hay  muchas teorías qué intentan intenta explicarlo, de las que destacaremos las siguientes.

En primer grupo de teorías tenemos la psicoanalítica freudiana y la etimológica de Korand Lorenz, que abogan por un origen instintivo y según las cuales los seres humanos estamos programados genéticamente o constitucionalmente para este tipo de conductas.

Para que el psicoanalista freudiano la agresividad es la manifestación de Tánatos o instintos de muerte que debe ser sublimado o redirigido hacia los otros para evitar la autodestrucción. Por lo que la agresividad se convierte en un mecanismo de canalización de unas fuerzas instintivas que permiten al individuo mantener su identidad y la integridad de su yo.

Por otro lado, Konrad Lorenz sostiene que la agresividad es una conducta muy útil en el reino animal y que gracias a ella se consigue la selección de la raza (solo los más fuertes se aparean) y es necesario para mantener para mantener un territorio en el que existan suficientes recursos alimentarios. Para Lorenz la energía agresiva se produce espontáneamente y de forma continua y se va acumulando, y en el que se convierta o no en conductas agresivas depende de la cantidad de energía que se acumule y de la intensidad de los estímulos provocadores llegando, si no se produce una descarga, a aparecer una conducta agresiva sin la necesidad de la presencia de un estímulo.

Otras teorías descargan el peso del instinto y lo ponen en el impulso. El acto agresivo seria la respuesta ante una gran cantidad de estímulos negativos como la frustración, la perdida, los dolores físicos, la injusticia social, etc. Dollard propone la teoría de la frustración- agresión según la cual “el bloqueo en la intención de conseguir un objetivo genera agresión generalmente hacia la fuente de frustración”.

Otro grupo de teorías consideran la agresión como una conducta social aprendida en el contexto de un proceso adaptativo a un medio sociocultural.

Según Regis el sádico es entre todas las perversiones sexuales la que lleva a los actos más graves. Como todo acto criminal, el crimen sádico suele ser un episodio imprevisible  que aparece durante la existencia de un sádico, hasta entonces satisfecho con sus imaginaciones, actos simbólicos o conductas de violencia leve.

Para las personas que presentan esta perversión, las conductas agresivas sádicas son una condición sin la cual no es posible la excitación ni el alivio sexual. El sadismo consiste en la búsqueda y la provocación de un daño moral o físico como forma de obtener uno mismo el placer y la satisfacción sexual. Estas conductas comprenden desde el simple deseo de causar daño físico a una pareja, hasta el mismo asesinato pasando por toda una serie de conductas intermedias como la humillación, vejaciones, encadenamientos, golpes, flagelación, quemaduras, mordiscos y todo tipo de torturas obligándola en muchas ocasiones a una obediencia total consiguiendo así, a veces sin necesidad de relación sexual propiamente dicha, el orgasmo.

Como se ha expuesto, unas veces el sádico necesita infligir un dolor o sufrimiento intensos para conseguir su excitación y otras le basta con una pequeña dosis para conseguirlo, llegando en muchas ocasiones a que sea suficiente un fantaseo sádico para provocarla. Se da el caso de conductas de este tipo sin que la pareja llegue a conocer la existencia de estas fantasías.

La crueldad mental, el simple deseo de humillar, castigar y herir a otra persona sin llegar a la realización real de estos deseos esta aún está más difundida que el sadismo físico; una pregunta, una sonrisa, una observación pueden provocar humillaciones y desvalorizaciones que pueden ser mucho peores que las físicas. Todos conocemos “artistas” especialistas en ese tipo de prácticas que son capaces de encontrar la palabra exacta, el gesto exacto, el momento exacto y la situación exacta para conseguir desde el simple azaramiento a la más profunda humillación de una persona, con frecuencia en presencia de otros. Estas últimas prácticas están diferenciadas por algunos autores y las incluyen dentro del sadismo moral.

Todas estas prácticas se relatan en los escritos de Donation Alphonse Francois, nacido en 1740.

Bibliografía
MONTEJO Gonzáles Ángel Luis, SEXUALIDAD Y SALUD MENTAL, Editorial Glosa, Barcelona, pp. 251, 252 y 255 (2 edición).

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